sábado, 20 de febrero de 2016

Big Brother is watching you! Y distopía en general


Distopía. Esta palabra ha sido malinterpretada por muchos (de entre los cuales me incluyo) usándola para definir un subgénero de libros que, por lo general, son buenos (y luego veréis de que hablo). Un gobierno opresor, injusticias sociales y toda clase de denuncias a la sociedad es lo que nos podemos encontrar en este género tan extenso pero a la vez, poco conocido en su totalidad: la Distopía.



Resultat d'imatges de distopía¿De qué trata este subgénero? Tal y como la sagrada bí…, quiero decir, tal y como ahora os digo, la distopía es como vivir en un infierno. Pero no en un infierno con montañas rojas, llamas y satán paseándose por ahí con un unicornio rosa haciendo que los demás sufran usando un osito de gominola hecho con clavos, y que embute en el primer agujero corporal que encentra. Estoy hablando de un infierno social. La distopía consiste en una sociedad en la que se intenta que NADIE quiera vivir en ella de ninguna de las maneras (al menos en el bando oprimido, donde siempre reside nuestro protagonista). Por decirlo de una manera es todo lo contrario a una utopía, y una utopía es una sociedad, un lugar, unas personas o cualquier cosa que se te pase por la cabeza, en sus mejores ideales (dicho de otra manera: algo utópico es algo PERFECTO). Esta sociedad siempre se divide en varias clases sociales, donde siempre hay un grupo social que son los putos amos, hacen lo que les sale de la punta del nabo, son ricos, tienen el poder… y todas las demás clases son hormigas que trabajan inexhaustamente “para que todo funcione”.

Resultat d'imatges de distopíaEsta temática está orientada a criticar aspectos de la sociedad determinados, y dependiendo de qué aspecto critique, se clasifica en tipos de distopía: la distopía política, la distopía tecnológica o científica, la distopía humorística… y la distopía adolescente, de la cual voy a hablar más adelante. Algunos ejemplos famosísimos son por ejemplo V de Vendetta, una de las distopías políticas más conocidas de la actualidad, creada por Alan Moore y David Lloyd; 1984, publicada en 1949 por George Orwell y Farenheit 451, de Ray Bradbury.

Todas estas obras son de mi personal recomendación. Y, hablando de otro tema, la distopía no es solo un subgénero, sino que también puede ser un escenario para otros géneros, como el sci-fi. El mejor ejemplo sin lugar a dudas es Matrix, donde ésta película se puede considerar perfectamente distopía, aunque la gente lo clasifica como sci-fi.

Resultat d'imatges de sinsajoPero no todo este género es perfecto, no. Hay un pequeño problemilla, un insignificante estigma que desgraciadamente está creciendo como la espuma y que no es bueno para nadie: hablo de la distopía adolescente. El subgénero de la distopía más popular a día de hoy es la distopía adolescente, que en el fondo tiene un argumento distópico: la sociedad lo domina todo, alguien de clase baja se revela y empieza una revolución que acabará liberando a los oprimidos y blablablá. La “pequeña” diferencia es que en este caso, el oprimido y el revolucionario SIEMPRE es un adolescente. Pero no un adolescente cualquiera, sino un adolescente que es capaz de aprender en días lo que nosotros tardaríamos en aprender años. Un adolescente que tiene la necesidad de ser tan rebelde que siempre la acaba liando de alguna manera u otra. Y lo que tienen en común estos libros es que CASI todos son horribles: no hay descripción del lugar, la trama es predecible, los personajes más planos que mi calle y más estereotipados de lo que uno se puede imaginar… pero, ¿por qué entonces se le da tanta importancia a este subgénero? Yo creo que es por dos razones: porque adaptarlo a la gran pantalla es una tarea tan sencilla que no hace falta cambiar nada (y la prueba es que no existe o casi no existen distopías adolescentes que aún no se hayan pasado a la gran pantalla) y porque su absurda narrativa y su plano y fácil de seguir argumento son perfectos para que aquellos lectores novatos de 12 a 15 años “disfruten” pasando un buen rato. El ejemplo por excelencia de este subgénero es Los juegos del hambre, aunque hay de peores (que por cierto, todos son copias de Los juegos del hambre), como Divergente o La Reina Roja (uno de los peores).


Pero mi conclusión, a pesar de que actualmente tenemos ese cáncer conocido como distopía adolescente, es que este género es el que mejor critica la sociedad que tenemos hoy en día, y todas las obras dentro del género son excelentes reflexiones sobre cómo vivimos y cómo deberíamos vivir.

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