¿Sabéis qué? Los escritores y editores no son dioses

Hay algunos que escriben así de rápido, y van a 3 libros por año.

Prepost: (Si te quieres reír durante un rato, mira este GIF escuchando dubstep... sobretodo Skrillex)

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Después de un título tan poético, podemos empezar. ¡Primero de todo! La idea de este artículo me la dio una persona que ya la tengo en mi corazoncito de pájaro animágico como si la conociera desde hace años... pero por correspondencia. Estoy hablando de Alister Mairon (click en el siguiente enlace, que iréis a su blog… pero primero leed mi artículo ¡maldita sea!). 

Porque sí, es verdad; todos tenemos a los escrtiores/autores/editores como si fueran criaturas todopoderosas que viven casas por encima de las nubes, con librerías de cinco metros de altura, chimeneas de piedra y una butaca de piel rojiza desde las que escriben sus obras maestras con un laptop de Apple o una Underwood (máquina de escribir para los del fondo de la clase… es broma). 

Pero en realidad viven unas vidas puede que hasta más normales que la tuya y la mía. Seguramente bajen a comprar el pan en chanclas a la panadería de la esquina los domingos por la mañana y escriben cuando vuelven de trabajar (o no… hay que ese es su trabajo) en un ordenador con Windows XP y Microsoft Word 2003 porque no les da para uno de los nuevos (esto es una dramatización, que ahora no se me ofenda nadie).

¿Y cómo he llegado a esta conclusión? Porque he visto lo que pasa en el Celsius, aunque no de primera mano *lágrima, lágrima, lágrima*. Pero si he estado en alguna presentación en Gigamesh y he conocido a los editores de Ronin Literario (y he me he sentado en una silla de una terracita a tomar algo con ellos y otros un par de veces… creo que esto es restregar, encaja con la definición de la RAE).

La cuestión es que Víctor y David se sentaban de la misma manera que yo, ¡con el culo! Bebían cerveza ¡como todos! Y comían tortilla de patatas y bocadillos ¡esto yo también sé hacerlo! Entonces, ¿qué hace que sintamos que son seres superiores que se tiran pedos que expulsan billetes, polvo de oro y purpurina? El hecho de que hayan publicado, hayas leído su obra, hasta te guste y que por eso tengan repercusión en las redes y todo lo que eso puede conllevar contra el hecho de que tú estás mandando un manuscrito que has revisado 38,3 veces y que ninguna editorial (incluso la del pueblo del lado que lleva el Paco, que le faltan 3 dientes y solo se ha leído el MARCA de los domingos, no quiere). 

Pero es algo inevitable admirar a la gente que hace/produce algo que nosotros consumimos y nos gusta. Y creo que el hecho de poder verle en persona, poder estrecharle la mano y hasta poder tomar algo y/o charlar con esta persona en cuestión solo hace que X persona te caiga mejor y seguramente la admires más, ya que pese a ser alguien tan normal como tú, ha logrado algo que no todos consiguen. 

Esta es una de las razones por las que la gente ama tanto el festival Celsius. Un festival pequeño y cercano, pero no por eso menos importante, en el que los autores, editores, blogueros, booktubers (¡esta va por ti, ButtHole!) y lectores hablan, charlan, intercambian ideas, manuscritos, se hacen amigos y ¡buf! Yo estoy muy hypeado por el del año que viene.

El proceso de cuando sucede lo que estoy contando suele ser el siguiente:

-    En la librería (por ejemplo), trasteando con los libros. Si estás en Gigamesh, llorando por dos razones: o porque no llevas dinero suficiente, en cuyo caso no puedes coger ese OTRO libro quieres, o porque llevas demasiado dinero, en este cogerás el primero que te apetezca, el segundo que te hace ojitos, el tercero que estás seguro que quedará mil veces mejor en TU estantería y si tienes mucho auto-control: el cuarto y el quinto (o hasta que se acabe el dinero).

-  Levantas la mirada y le ves. (AVISTAMIENTO)

Esta va a ser tu cara, 100% asegurado.

-         La primera reacción es esta (no falla): ¡Joder, es X! Es él/ella. ¡Es él/ella! ¿Por qué estás nervioso, si no te ha visto? *cruce fortuito de miradas* ¡Oh dios mío, me ha mirado! Esto es el paraíso. (REACCIÓN)

-       Después de tratar de verle hasta que te hartas, hay dos caminos: (ACCIÓN)

     -         No decirle nada e irte (¡nenaza!).

-      Acercárte y decir que le conoces, te gusta lo que hace o lo que sea (e incluso hay otra).

-   Grito de fangirl desconsolada con las bragas por el suelo y desmayo. 

Quédate con estos tres pasos: Avistamiento, reacción y acción (¿me has oído, Newton? ¡Acabo de cargarme una de tus leyes!).

En el caso que hayas hecho el segundo camino, seguramente descubres que es un gran tipo/tipa, que te deja tomarte una foto con él/ella y hasta descubres por azares de la vida que anteayer fue al dentista a que le hicieran un empaste. Alguien de puta madre.

Y si es Víctor de Blanco el que te encuentras, habrá un 86,91% de probabilidades que si sales con él acabes en un bar (lo digo por experiencia).

Es así. Sino mira esos miles de vídeos de los youtubers que tienen tantos seguidores y cuenta los que pasa cuando se encuentran con un fan (el peor ejemplo que podía poner). Mejor tómate como ejemplo ir al Celsius, ¿te parece?  

Pero no creas que siempre va a ser así, no. Hay casos en los que son dioses en la tierra, y tienen tantos fans y/o una agenda tan apretada que si están en una convención o festival, irán del hotel a la convención, darán su charla, firmarán tropecientos libros de una forma clónica y volverán al hotel para marcharse pitando en cuando acabe la convención (este puede ser el caso de nuestro señor Brandon Sanderson). Y luego te puedes encontrar con autores que serán lo contrario de los que hablaba unos párrafos más arriba; chico, gilipollas hay en todas partes, y los escritores tampoco se salvan.

En mi experiencia aún no me encontrado con ninguno de los últimos, aunque también diré que tampoco he podido coincidir con demasiados, aún también. Es toda una experiencia y muy curiosa, la verdad. No se conoce a un autor todos los días.

Creo que esto es también es aplicable a bloggers/blogueros o como los quieras llamar. Pasa que aquí hay un problema: no todos muestran su rostro, ¿sabes? A ver si me explico. Tenemos a X bloguero al que sigues desde hace tronchocientos millones de artículos y mágicamente ves que un día, en su Twitter dice: "Asisitiré a tal evento el día tal" por poner un ejemplo. 

Tu vas a ese evento porque te interesa y porque quieres conocer al bloguero. ¿Problema? No le has visto la puta cara, ¿ahora cómo le encuentras? También está la opción de decirle "Yo también iré, a ver si nos vemos" y puede que sí o puede que no. Y lo que también es muy probable es que si os lo encontráis, no sea para nada como esperabais. Hay diferentes escalas, desde el "¡Hostia! ¿Eres tú? Anda, te imaginaba diferente" hasta el "No... ¡no! No puedes ser tú... ¡NO! ¿Qué me dices? (todo esto con tus manos tapando tu boca, tus ojos como platos y tus cejas a media distancia entre tu frente y alfa centauri)".

Este ha sido mi granito de arena sobre el tema, espero que te haya parecido interesante y entretenido. Gracias a Alister de nuevo (seguidla, que escribe cosas muy interesante y también relatos) por la idea y yo solo añado: Buenas noches y soñad con los cuervos.

Descripción gráfica de un escritor.