¡Vamos allá, bitches! |
“Corren nuevos
tiempos.
La época
gloriosa de los viejos samurái, de sus gestas y sus códigos de honor, es ya tan
solo un recuerdo lejano. Los burócratas llevan años rigiendo el país en su
propio beneficio, por lo que algunos daimyō, descontentos con la nueva
política aperturista del Tairō Ii Naosuke, simpatizan con los
partidarios del Sonnō jōi y ven con buenos ojos la restauración del
Emperador en el trono.
Una partida de
17 rōnin del clan Mito, capitaneados por Arimura Jisaemon, un samurái de
los Shimazu, contrata los servicios de Sanjuro, un despiadado mercenario, para
llevar adelante con éxito su misión: asesinar a Naosuke.
La puerta
Sakurada es un relato de aventuras, un chambara lleno de
sangre, de acción, de conspiraciones, de traiciones, de venganza y de muerte.
Pero es algo más. Es un retrato preciso de una época, el final del periodo Edo,
en la que Japón se enfrenta a una nueva encrucijada; y es la visión
desencantada de un hombre cansado. De un samurái caído en desgracia hace
tiempo que sobrevive ofreciendo su sable al mejor postor.”
He de decir que
este Sanjuro ha sido para mí el mejor de todo el puñetero libro. Un rōnin
quemadísimo de todo y que solo le importa el dinero, pero si algo se le mete
entre ceja y ceja… corre, cabrón.
Realmente, de
este no tengo queja, me ha parecido muy entretenido y bien escrito. Con ciertas
dosis de humor ligero y cinismo que me han parecido más que correctisísima. Me
quedé con una cita del texto que me gustó especialmente:
“A quien mejor sienta el dinero es al estómago.”
Creo que define
a la perfección la mentalidad que un rōnin podía tener ante su situación.
También hay una
parte del relato que me recuerda muchísimo a una escena de la película del
propio Mifune y Kurosawa: Yojimbo, y
me pareció estupenda, siendo un claro homenaje a la película.
¡Ah, no! Sí que
he encontrado una mácula en el espejo de Amaterasu. Lo siento Carlos, pero
tengo que decirlo.
¡Córtate un
poco con los “japonismos”!
Hay muchísimos
términos japoneses en este relato que seguramente no tendrás ni puta idea de
qué son (me incluyo). Y sí, hay un glosario la mar de bonito y útil, pero estar
buscando la palabra cada vez que te encuentres con una puede hacerse tedioso y
cansino. Podrías haber hecho como has hecho en algunas ocasiones: una breve
descripción con tres o cuatro palabras entre un buen par de comas. Apúntatela,
Carlos. Lo único que no me ha gustado en tu relato.
He sentido
orgullo al leer este relato, ¿por qué? Porque en él aparecen las palabras cuervo y mellado (bueno, técnicamente pone mellada, pero la intención es lo que cuenta). Fue una sensación
curiosa, la verdad (risa de cuervo).
Ahora otro
punto positivo. Siendo el relato más corto, creo que este es el que más claro
lo deja todo. Nada que esté poco detallado o que se olvide algo. Y eso que hace
un uso más que reiterado de lo que yo llamo párrafo-por-línea.
Creo que ya lo
he dicho todo sobre este último relato de Carlos Bassas: un gran cierre para un
gran libro de una pequeña editorial (pequeña de momento; ¡que Gigamesh empezó en
una trastienda…!).
TÍTULO:
La puerta Sakurada (El Hombre sin nombre)
EDITORIAL:
Ronin Literario
AUTOR:
Carlos Bassas
PRECIO: 18€
PÁGINAS:
91 (de la página 237 a la 328)
NOTA: 8,75/10 (para que no se te suba a la cabeza. Japonismos, Carlos… ja-po-nis-mos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu opinión, que siempre me resultará útil (pero desde el respeto).