Robots, androides y otros cachivaches

Esta entrada no tenía previsto escribirla, estaba aquí, sentado en la rama y me he dicho: "Escribe" Yo me he preguntado: "¿Sobre qué?". "Da igual" me he respondido, y ahora estáis leyendo esto.

No sé qué estoy escribiendo, solo me dejo llevar. Tal vez este sea un artículo corto, de un par de párrafos, o tal vez no. Podría hablaros de mí, pero en realidad no me apetece. ¿De qué podría hablar? De tabernas, no. Eso ya llegará. Me habéis pillado filosófico, ¿qué queréis que os diga? Algo sobre lo que estaría bien escribir. ¡Eh! Hablemos de ciencia ficción, pero de la tocha. Ya sé, de Star Wars. La última peli. Fui a verla casi una semana después de su estreno, en un cine pequeñito. No se fijaron en mí... no, en realidad quizás hable de Star Wars en otro momento.

Podemos seguir hablando de ciencia ficción, eso sí. Ya sé que en el artículo de presentación dije que sería un blog de fantasía; ¿pero no viene todo como en un pack? Fantasía, ciencia ficción y terror. Bueno, pues dejemos de darle vueltas al asunto. Podría hablar sobre los droides, los robots.

Los androides son una parte casi necesaria en el género. Y es un recurso sencillo de usar (si no quieres complicarte mucho); a no ser que seas el jodido que seas el nuevo jodido Asimov y hagas tus propias leyes de la robótica.

Cuando hablamos de robots, seguro que a todos nos viene a la cabeza algo rollo así como: Wall-E, Chappie, etc. Si os digo androide, seguro que pensaréis más en C3PO y R2D2; Citripio y Arturito para los suramericanos.

Abramos un paréntesis, ¿os parece? Con perdón, pero vaya mierda de nombres. ¿No era más fácil dejarlos igual que en la versión original? Suena más futurista. Citripio y Arturito suena a personaje de dibujos animados que dan los sábados por la mañana. ¡He dicho: con perdón, eh! Que nadie se me enfade. Cerremos el paréntesis.

Porqué es cierto; en Star Wars les llaman droides o androides (yo no recuerdo que digan robot en ningún momento). Y luego, después de robots y androides, si nos vamos más al este, hasta la tierra donde nace el sol, tenemos a los Mecha y a los Gundam. Putas máquinas gigantes que a todos nos encantan, ¿o no? Hay que reconocerlo, ya que si algo hacen bien los japoneses, son los Mechas. Y con los robots (los de hierro y muelle, los de verdad), tampoco se quedan
cortos. Una vez aclarado todo, hay que puntualizar que un robot y un androide, según los señores de la Real Academia Española, son cosas distintas. Os animo a

que lo consultéis, si os interesa.

Y si hablamos de un tema que tiene relación, pero está un poco más apartado, ya empezamos a entrar en terreno tortuosos, al menos para mí, que el sci-fi no es mi género predilecto: cíborgs. O no, esperad. Si os dicen robot, seguramente no pensaréis en uno de los más putos amos. ¿Cuántos de vosotros pensáis en Terminator cuando os dicen robot? Yo no. Pero ahora hablabamos de los cíborgs.

Son un pasote. Mi "primer" cíborg fue el Sr. Silver de El planeta del tesoro, de Disney (quizás me matéis, pero aún no he leído la obra original). Aunque uno de los cíborgs más conocidos sea Robocop, ese poli chungo más máquina que hombre. En los 80' debía de ser un gozo. ¡Ah! Y también está el personaje de la DC, pero no me hagáis hablar mucho de él, por qué no sé casi nada. (Sé que estoy cambiando de tema muy rápidamente y cada dos por tres, pero es que estoy improvisando).

Y poniendo aparte los Gundam y los Mecha, para mí, los que más molan son los robots con sentimientos. Los Replicantes de Blade Runner, el robot de I Robot o Yo Robot, como lo quieras llamar. Es algo que todos hemos oído mil veces, pero si te paras a pensar, si fuera posible (y espero que algún día lo sea); habremos comprendido al 100% el cerebro humano, y por eso las maquinas podrán ser nuestros iguales. Pensad en esto por un segundo: si jugases una partida de ajedrez contra un robot, podrías ganarle, porqué quizás se vería movido por impulsos que no fueran “racionales” y podría cometer fallos, o quizás no; yo no lo sé. Y quizás podría enfadarse cuando le ganaras. Tirarlo todo por el suelo y gritar. ¡Sería la hostia!  Luego están los enfermos que se acostarían con ellos (quizás no sería de enfermos, vete tú a saber). Y después de que los Estados Unidos sean presididos por una mujer, solo quedará que lo haga un robot. Estoy teorizando demasiado, ¿verdad?

En definitiva, los robots son un recurso de un género literario que se va acercando cada vez más a la realidad, y algún día dejará de ser ciencia ficción, para pasar a ser ciencia a secas.