¿Alguna vez habéis tenido la
sensación cuando descubrís algo bueno que sois idiotas por haber estado
viviendo sin saber/ver/leer/oír ese algo? A mí me ha pasado, y mi más reciente
sensación de idiotez ha sido con una serie española. ¿Cómo os quedáis? No soy
un gran fan de la cultura audiovisual de este país (aunque he de reconocer que
siempre hay excepciones. Puntuales, pero las hay), pero varias veces me habían
recomendado esta serie. Pero hasta hace unos días no me puse a verla. ¿Y cual
es esta serie que me ha maravillado tanto? El
Ministerio del Tiempo, nada más y nada menos.
¡Por Dios bendito! Que el Gran Pico
me arranque las córneas ahora mismo si esta serie no es buena. Como he dicho,
no soy demasiado fan de las pelis y series españolas; y además cuando vi que
cada capítulo duraba una hora (teniendo ocho la primera temporada), se me hizo
una montaña aún más grande. Pero cuál fue mi sorpresa que al ir pasando los
minutos, me iba quedando más maravillado. Los días previos a ver esta serie, me
había empezado a ver Las Crónicas de
Shannara, de la cual voy a hablar en otro artículo, porque no quiero
mancillar al Ministerio del Tiempo con esto.
Es que no sé por dónde empezar.
Vamos a ver: esta serie parte de la siguiente premisa: En la época de la reina
Isabel la Católica, hubo un rabino que le dio un libro que él había escrito a
lo largo de su vida, a cambio de protección para él y su familia (no olvidemos
que en esa época, los judíos y los musulmanes estaban perseguidos… cómo cambian
los tiempos ¿eh?). Ese libro se era El
Libro de las Puertas. En él se explicaba como viajar en el tiempo a través
de una serie de puertas “especiales”. No me digáis que no mola. A partir de
ahí, se crea un departamento secreto del gobierno español que se encarga de
preservar la historia tal y como sucedió, pues hay personas que pretenden
alterarlo para su propio beneficio, lo que puede comportar serios problemas
para nuestro presente.
Los empleados del ministerio; es
decir: funcionaros, viajan a distintas épocas para llevar a cabo este cometido.
Todos estos funcionarios son españoles, pero la gracia radica en que son
personas de distintas épocas. Nuestros tres protagonistas, por ejemplo, son de
épocas bien distintas.
Para empezar, tenemos a Alonso de
Entrerríos. Soldado de los Tercios de Flandes, reclutado en 1569 tras agredir a
un oficial y desobedecer sus órdenes. Luego esta Amelia Folch. Una de las
primeras universitarias de Barcelona en 1880. Es inteligente y todo lo que se
suele decir. Y por último, tenemos a Julián Martínez. Él es un simple enfermero
madrileño del presente que tras ser testigo de la fuga de dos tipos del siglo
XIX al nuestro. Después de esto es despedido del Servicio Sanitario (supongo) y
luego contratado por el Ministerio. ¿Lo tenéis? ¿Lo habéis cogido? Pues venga,
¡que no paren las máquinas!
Como es lógico y evidente, los dos
protagonistas que vienen del pasado se sorprenden al ver los avances que se han
producido; sobre todo Alonso, escandalizándose porque las mujeres tengan tantas
libertades (aunque solo momentáneamente, es decir, cuando asimila en su cabeza
lo que le acaban de contar… digamos que se da por vencido en una época tan
“progresista”). Si os parece machista, recordad que en el siglo XVI ni se
planteaban cosas como la democracia siquiera.
Otro aspecto a destacar de esta
serie, es que aprendes de historia sí o sí. A ver, tenemos que pensar que la
mayoría de cosas son ficción, pero las situaciones: la Guerra del Francés (todo
el lío de 1800), el Guernica, Lope de Vega… todo eso ocurrió (menos la parte en
la que los protagonistas intervienen para devolverlo todo a la normalidad,
claro está). Pero lo del rabino sí que es ficción, aunque la Inquisición fue
bien real.
Y al pasar por tantas épocas, es
normal que muchos de los funcionarios del Ministerio sean de distintas partes
de la historia; siendo uno de mis personajes favoritos: Velázquez… sí, sí,
Diego Velázquez, el pintor. Como personaje en la serie, es alguien sublime. El
director del Ministerio: Salvador Martí también es uno de mis preferidos,
juntamente con Ernesto Jiménez. Es que ¿habéis visto estas caras? ¡Por el Gran
Pico!
Algo que también merece la pena ser
comentado, es que la ambientación es muy buena. Se nota que hay un trabajo de
investigación detrás, aunque no me sorprende, teniendo a un licenciado en
historia como creador (puto amo).
Quizás lo único a lo que me pueda
agarrar para tirar mierda (mierda cariñosa, eh), es que los capítulos son
largos. Pero largos, largos. Pero en parte es bueno, ya que da la oportunidad
de explorar más la época en concreto y conocer mejor a los personajes. Y digo
que es un punto en contra ya que muchas veces me he quedado dormido a mitad de
episodio. No porque me aburriera, sino por razones “X”.
Ah, y dejad que os diga una cosa
más. La intro ¡es la polla! Me encanta demasiado. Está muy currado (lo que
decía, que no parece una serie española… con cariño, eh). Las animaciones, la
música (aunque no es Juego de Tronos, eh); tienen mi más que merecido aprobado
alto, aunque creo que no es ningún hito tener mi aprobado (las lágrimas que
brotan de mis ojos están tristes por ello).
Creo que podría añadir que a medida
que se va avanzando por los capítulos, se van descubriendo cosas que se van
sumando para hacer a esta a una serie mucho más realista y profunda. Pasados;
descubres que este personaje hizo tal y este otro cual, y gracias a eso te
encariñas mucho más con ellos. Calité de la buena.
Ahora, después de echarle tantas
rositas, permitidme que le tire un poco de mierda. Un poquito. Una pizquilla.
La serie transcurre en un ministerio en el que trabajan cientos de personas, ¿no
es así? ¿Por qué hay tan pocos personajes? Es decir, los hay. En cada capítulo.
Pero solo hay unos pocos que aparezcan regularmente: Irene, Ernesto, Alonso,
Angustias, Amelia, Julián y Salvador; luego tenemos a Lola que la lía cuando
quiere. A partir de aquí, poca cosa. Espero que en la segunda temporada haya
más gente por ahí, que lo veo muy lleno de gente pero vacío de personas.
Y bueno, me gustaría hablaros
mucho, mucho más sobre esta serie, pero aún hay capítulos que ver, misiones que
cumplir e historia por aprender.
Dado que esta es una reseña de la
serie en general y no de la primera temporada como cuando hice Daredevil, la ficha técnica va
a ser más reducida.
CREADOR: Javier y Pablo Olivares
AÑO DE ESTREÑO: 2015
DURACIÓN aprox: 1h 10mins
PORDUCTORA: TVE (Televisión Española)
NOTA: 9
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