miércoles, 10 de febrero de 2016

Épica, verde o a rayas, la fantasía mola



Dado que el artículo sobre subgéneros es el post con más público hasta la fecha, así que entre mi socio Arcami y yo, hemos decidido que vamos a dedicar más tiempo a cada uno de ellos. Como el blog es mío, yo empiezo a escribir sobre el que yo quiero, y después, saco a mi colaborador del sótano antes de que le dé de comer su ración semanal de pienso de gato, y escribe para mí los artículos que me dan pereza (risa malvada de fondo).
Y por la razón antes mencionada, yo empiezo escribiendo por el que me dé a mí la gana, empezando por la fantasía épica o fantasía heroica (¡chan, chan!). Este, para mí, es uno de los mejores géneros y el que más he leído. La misma saga del Mar Quebrado pertenece a esta clase, al igual que La Crónica del Asesino de Reyes o para los más hípsters The Kingkiller Chronicles. Los libros de J.R.R. Tolkien, la macro-saga que Brandon Sanderson está escribiendo: El archivo de las Tormentas. Todo esto es muy bonito y mola mucho, lo sé. G.R.R. Martin también escribe fantasía épica, todos conocéis su saga. Es un género que mola cantidad, como decís los jóvenes.    
Luego está la parte menos brillante de este género: las copias de Tolkien. Sí, durante mucho tiempo parecía que los autores no tenían la suficiente iniciativa o imaginación como para crear mundos, historias y personajes ricos; con lo que las novelas durante esa época era o copias del Señor de los Anillos o transcripciones de partidas de rol rollo Dungeons and Dragons o Dragonlance (solo me he leído treinta páginas del primer libro de este último, y (SARCASMO: ON) ya se huele calidad (SARCASMO: OFF). Solo en la portada ya aparece un enano con un hacha y un elfo con arco. Promete, ¿eh?). Bueno eso sería más o menos lo que es la mala fantasía épica.
Según Sanderson, hay un tópico que parte de la idea de Joseph Campbell: El Camino del Héroe. A lo que él llama el Síndrome de Campbell. Seguro que sabéis de qué os estoy hablando. Aquí al lado tenéis una imagen que representa el Camino del Héroe, pero si queréis, os lo cuento yo también… bueno, ¿sabéis qué? El diagrama lo explica muy bien, mirad el diagrama.
Yo personalmente, no lo veo como algo negativo a lo que recurren (-imos) los escritores. Si se trata con suficiente originalidad y unos buenos desarrollos, puede salir algo chachipistachi. Además, esto no es nada nuevo, en la mitología de diferentes culturas hay este tipo de recurso. Hace un tiempo leí un artículo en el que exponían este tema. Me gustó bastante, pero no sé por dónde parará, así que no lo podréis leer directamente desde este blog. Mirad, el Camino del Héroe no es para nada nuevo, ¿sabéis? El mito de Hércules o de otros personajes mitológicos, se basan en este “recurso”. Os lo repito por si no había quedado claro.
Bueno, dejemos esto a un lado y dejemos claros cuáles son los elementos y/o características que caracterizan este subgénero tan fantástico (badum tss). Vamos a ver, tenemos la ambientación: tiende a ambientarse este tipo de historias en mundos de estilo medieval. Castillos, reyes, caballeros, etcétera. Aunque también hay autores más “atrevidos” y escriben en mundos de diferente estilo sin salirse del género. Luego está la magia, no siempre tiene que aparecer, como en la trilogía del Mar Quebrado. Solo se ha usado la magia en una única ocasión en los dos libros que llevo leídos, y no creo que vaya a haber más en el que queda, pero lo que sí se hace, es mencionar la ancestral cultura élfica. A partir de este elemento, enlazo con el siguiente: las criaturas mágicas. Orcos, elfos, balrogs, brujos, centauros, animales parlantes… ¿veis por dónde voy? Seres que hay en el folklore y la imaginación, cobran vida entre las palabras y las páginas para decirte “¡Hola, guapetón! Bésame mi culo imaginario”, quizás esto no pero ya me entendéis. La obra de Tolkien tiene una buena cantidad de todo esto, sin olvidarnos de la saga de Geralt de Rivia del gran Sapkowski. Y en estás sagas, ¿sabéis qué es lo que hay? Batallas. Gloriosas batallas en las que los cuernos de Gondor retumban y sus almenas arden. Algo muy épico, lo sé, y por eso esto es fantasía épica (valga la redundancia, ¿no?). Los viajes también están muy presentes en esta literatura cof, cof… síndrome de Campbell… cof, cof.
Este artículo no me está saliendo especialmente largo, pero es que creo que hay poco más que contar. ¿Creéis que me he dejado algo? Dejadlo en los comentarios. Podemos debatirlo entre todos, siempre desde el buen rollito. Voy a dejar que Arcami los lea si quiere, que siempre le viene bien que le dé la luz del sol. Tener autores colaboradores a tus “órdenes” es lo que tiene. En realidad no…

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