domingo, 29 de mayo de 2016

El Dios asesinado en el servicio de Caballeros (Reseña) Pocos títulos son más largos



La primera vez que supe de este libro fue en Twitter. La editorial Fantascy había hecho un retuit (creo) de la contraportada de un libro (de esto estoy seguro), en cuanto la leí hubo un cosquilleo que recorrió todas y cada una de mis plumas. Mi intención era ir a Gigamesh para asistir a la presentación y llevarme mi ejemplar firmado, pero esta gente no es solidaria y organiza cosas molonas entre semana; cuando la mayoría de los mortales no tiene tiempo para pasarse un par de horas. Pero al cabo de cinco días de que saliera a la luz, me lo encontré en la librería y ahora aquí me tenéis: unos pocos días después con el libro terminado y listo para reseñar. Damas y caballeros, esto es El Dios asesinado en el servicio de Cabelleros, de Sergio S. Morán.

En el artículo del Ministerio del Tiempo dije que no soy un gran fan de la cultura audiovisual española, pero eso no se traduce a la cultura literaria aunque no he tenido tanto contacto con ella como desearía. Este libro cuyo título no me molestaré en volver a escribir hasta la ficha técnica ya que es endemoniadamente largo, no me ha decepcionado en absoluto; es más, te arroja información sobre mitología que yo personalmente desconocía. Algo que en parte me escuece en el alma y en otra parte no, ya que la mitología es una de mis mayores aficiones desde polluelo. Aun así, Morán no se va a salvar de un par de puntos que me han escocido en mi corazón y en lo que se verá afectada su puntuación (no creáis que es nada serio).

Me estoy enrollando demasiado, ¿no? ¡Empecemos, pues!

La historia sucede en Barcelona, lo que la hace que la sientas más próxima (en el caso de que el lector viva en España, y hasta donde yo sé este libro no ha salido de la península hasta la fecha, solo faltaría)… bueno, en realidad comienza en una autopista cercana a Burgos, pero la intención es lo que cuenta. La historia en sí, sí que se desarrolla en Barcelona. Todo se nos cuenta desde el punto de vista de Verónica Guerra alias Parabellum y la cual resulta ser la protagonista: una detective paranormal que está al servicio de humanos e inhumanos siempre y cuando se le pague.

En este libro que creo que será el primer volumen de una serie de libros (crucemos los dedos), partimos de la siguiente premisa: en el Rainbow’s Arse, un pub de la ciudad en el que acuden toda clase de ser mitológicos y paranormales que habiten en sus calles, aparece un cadáver en uno de los retretes del lavabo de hombres. Kilian, el dueño, una especie de duende primo de los leprechauns amante de la cerveza y con una gran variedad de tacos que escupe casi hasta cuando estornuda (a mí me cae bien Kilian). Resulta pues, que el cadáver del váter es el de un dios. Uno que parece ser desconocido. La tarea de Parabellum es descubrir quién lo mató, porqué y sobretodo: sacar el cuerpo del dios del baño, ya que Kilian teme por la “integridad” de su local.

Dicho esto, ya estáis mínimamente situados en la historia. No hay ningún spoiler en lo que os he contado. A partir de esto del cadáver, se desencadenan una serie de escenas muy cómicas (irónicamente); en especial una que involucra a unos guardias civiles que a mí me hizo mucha gracia, la verdad. ¡Ah, sí! Este libro contiene bastante humor aparte de unas dosis más que evidentes de fantasía y mitología a partes iguales.



Después de un ligero aperitivo de lo que resulta ser la historia, la cual si se ve desprovista de los elementos fantásticos resulta ser una novela policíaca actual bastante típica, podemos empezar a hablar de los personajes:

No son unos súper profundos con la rehostia de matices y mierdas varias, no: son personajes que a mi parecer son bastante humanos (incluso los que no lo son), ya que se nos cuenta lo suficiente (más o menos) sobre ellos para que veamos sus intereses y demás cosas. Así pues, tenemos a Roberto: la pareja de nuestra protagonista, Arancha o también Doña Lola de María: la mejor amiga de Verónica y que se dedica a la videncia, Kilian: el del bar, Carlos Armesto: un presentador de televisión, y algún que otro descendiente de las gorgonas; no profundizaré en individualizar a los personajes, ya que podría chafaros parte de la historia. Solo diré que más o menos puedes ver qué le pasa por la cabeza a cada uno de ellos, su manera de ser y su manera de pensar. Pero si no os importa, me gustaría hablaros de Verónica Guerra: Parabellum.

Es una mujer que lleva bastantes años en contacto con lo que ella llama continuamente: El inframundo de Barcelona. Se conoce demasiado bien su profesión hasta el punto de que casi nada la sorprende (no confundir con pillar por sorpresa). Una chica que tiene un evidente pasado y que no se nos cuenta. En este punto, yo veo dos opciones: Morán quiere mantenernos intrigados para que sigamos leyendo los siguientes libros que sacaría en un futuro; lo que en parte resulta muy bueno, pero por otra (y llegamos así a la otra opción), Morán no quiso contarnos casi nada de Verónica para hacerla un personaje más misterioso; lo cual desde mi punto de vista es respetable a medias. Representa que tu protagonista se está “sincerando” con el lector, contándole lo que piensa y lo que siente; si no nos cuentas nada de ella, haces que sea más difícil empatizar con la protagonista. Conoces a Verónica, te cae bien, pero entre tú y ella hay una cierta distancia que no debería estar (o al menos no ser tan pronunciada). 

Eso es lo que creo yo sinceramente; pasemos ahora al mundo: Barcelona.

¿Qué más quieres? Es Barcelona, ya está. Todo el mundo la conoce. Te describe los sitios concretos en los que se desarrolla la acción (los más importantes); el resto simplemente quedan en la imaginación y eso es todo, no hace falta nada más.

Tenemos pues el siguiente aspecto en la novela y que resulta ser el pilar fundamental de la misma: la mitología. Concretamente, la griega y la nórdica. Saber que aparece la griega, no es ninguna sorpresa tras ver la portada. La nórdica aparece más tarde, pero no creáis que os he reventado nada. También tenemos ligeras pinceladas de otras mitologías, aunque solo son personajes secundarios que aportan riqueza a este mundo intermitológico. Y es aquí donde aparece mi primera queja. Es un spoiler, así que lo marcaré con cursiva para los que seáis más atrevidos o para los que ya os hayáis leído el libro.

Kinnara según Google imágenes
La parte en la que Parabellum se encuentra con el kinnara me parece estupenda, pero al no tener ni zorra idea de lo que es un puto kinnara (como la mayoría de los lectores), lo buscas en Google. Morán nos dice que son el equivalente hindú de los centauros; pero tú buscas “kinnara” en Google y lo primero que ves son fotos de tíos con cuerpo de pavo real de cintura para abajo. Te plantan esto en la cara y piensas: ¿este tío de dónde viene? Me parece que tenemos conceptos distintos de lo que es un caballo. Luego si miras con más profundidad, los kinnara eran mitad pájaro o mitad caballo en otros casos. Ya os he dicho que no eran fallos garrafales ni nada por el estilo, llamadme quisquilloso si queréis, pero es lo que me pasó a mí. No sé, quizás debería pasarlo por alto, pero mi primera impresión fue esta y costará que cambie.

Centauro... según todo el mundo
Y me queda la otra cosa que iba a comentaros: esto sucede más adelante, en la discoteca de nombre… llamémosla X. Una valkiria se echa encima de Parabellum y se pelean ahí mismo. Entonces llega un guardia de seguridad que resulta ser un golem y se lleva a Verónica hasta un despacho. Ahí conoce al Negociante y después la llevan hasta otra sala donde la espera un vampiro que parece ser el mayor enemigo de Antón (el amigo vampiro de Verónica). Yo no le encuentro demasiado sentido a esta escena, no creo que viniera demasiado a cuento, y además, estando maniatada como estaba, se deshace del vampiro con una facilidad demasiado “artifical” podríamos decir. Solo está ahí, le clava el talón de su zapato en el corazón a modo de estaca y huye de la discoteca… ¿para qué, Sergio? ¿Para qué?

Ahora que ya me he desahogado, podemos hablar de la narrativa:

Estoy especialmente contento en este aspecto, ya que el lenguaje que utiliza es muy cercano a informal, lo que creo que puede atraer a jóvenes nuevos lectores hasta este maravilloso género o a la lectura en general. Bueno, siempre y cuando pasemos por alto las palabrotas… ¿pero a quién coño le importan? A mí desde luego, no. Me reafirmo en este punto. Su manera de escribir me gusta.

Y para ir terminando, quisiera decir que creo que Morán se ha inspirado en la serie de Fábulas (puede que pronto haya reseña del primer cómic, no os prometo nada). No en sentido negativo, copiando lo que ya hay en los cómics, sino como un homenaje. La atmósfera de la historia es muy parecida y además tenemos el hechizo de glamour. La única diferencia entre uno y otro, es que en este último aparecen seres mitológicos y en el otro son personajes de cuentos y fábulas. Aunque también tiene un ligero aroma a esa serie de dibujos animados llamada Martin Mystery que seguro que todos conocéis (he dicho ligero aroma, que conste). Y si somos más rebuscados todavía y nuestro repertorio de lecturas es más amplio, podríamos decir que este libro es una versión más light y a la "española" de Harry Dresden; lo cual es bastante molón.

Hasta aquí llegamos por hoy. Espero que os haya gustado o al menos que os haya informado al respecto de este libro que creo que vale la pena leer. Si os habéis decidido a leerlo os animo y si ya lo habéis leído, ¿qué os ha parecido? Me despido y nos vemos pronto. Buenas noches y soñad con los cuervos.

TÍTULO: El Dios Asesinado en el servicio de Caballeros
AUTOR: Sergio S. Morán
EDITORIAL: Fantascy
PÁGINAS: 336
PRECIO: 14,95€
NOTA: 8,3/10

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